lunes, 30 de octubre de 2006

Premios

VIII Premio Minotauro - 2011

Con mi novela Ciudad sin estrellas. Aquí podéis ver la reseña.

Premios FAC - 2006

Mi primer premio literario lo obtuve en marzo 2006 por un escrito de prosa poética: Leyendas en un patio andaluz. Fue el 2º premio de la Federación Andaluza de Comunidades, en su convocatoria anual de premios FAC.

Finalista en el certamen del Centro Poético 2006

Uno de mis sonetos ha sido publicado como finalista en la antología Días de Sol, donde el Centro Poético recoge anualmente muchos poemas presentados a su concurso de poesía. Este es el soneto:

Inundaste mi vida de belleza
y me abriste los ojos para verla,
tú me alzaste del fango con presteza
y en tu alma me prendiste como perla.

Me enamoraste con delicadeza,
mas antes tú de mí estabas prendado;
mientras huía yo por la maleza
tú me seguías siempre, enamorado.

Y me alcanzaste con tu ligereza,
que raudo corre el corazón amante
y no lo frena viento ni aspereza.

Aún y así aguardaste, anhelante,
ante las puertas de mi fortaleza.
Rindióme tu amor dulce y llameante.

lunes, 9 de octubre de 2006

Poesías y retazos

Interioridad

¿A dónde vas, viajero,
en busca de las fuentes de la vida,
volando, pasajero,
por tierras alejadas y perdidas?
Es dentro de tu cuerpo
de donde brota el agua de alegría,
es dentro, muy adentro,
de tu profundidad desconocida,
allá de donde surge cristalina
la joya de tu anhelo.

No vueles como alondra
perdida y deslumbrada por la luna,
sumérgete en las aguas claras
de tu silenciosa laguna,
guiado por un sol que ya te alumbra
desde lo más profundo de tu alma.


Ser

No sabes cómo eres: ¡maravíllate!
ni aún de dónde vienes, ¡asómbrate!
ni sabes quién eres, ¡pregúntate!
y que vibre tu alma en la pregunta
como cuerda que está tensa y que palpita
en medio de una eterna armonía.

No esperes la respuesta, ¡pregúntate!
mas no dejes de esperar que un día llegue.
No sabes cómo eres, ¡admírate!
¿¡No sabes que eres¿? ¡Regocíjate!

Yo no sé ni cómo soy
mas sé que soy,
¡Dios mío!
SOY es un universo infinito
donde se prendió la llama de la vida.

No soy nada, no soy nadie,
pero ¡SOY…!
y cuanto menos sea, más seré,
hasta ser, sólo SER, ser
una llama,
donde quema esplendorosa y donde brilla
la vida enamorada de la vida.


Retazos

Como un pétalo de rosa
posado en las aguas claras
así tu mano reposa
acariciando mi alma.


Me deleita el olor de la tierra
y el aliento fugaz de la hierba,
¿será porque, sin darme cuenta,
presiento ese polvo de estrellas
que corre en la sangre y las piedras?


Verdad sin razones

No necesito saber
que tu amor es verdadero,
tan sólo quiero sentir
que estás dentro de mi pecho;
no quiero siempre entender
tu profundo pensamiento,
tan sólo ansío beber
una gota de tu cielo.
No aspiro a describir
el color de tu universo,
me basta saborear
el aroma de lo bello.
No deseo mesurar
ni la certeza ni el riesgo,
tan sólo anhelo volar
libre de mi propio miedo,
con un amor que no es ciego,
mas no conoce frontera.


Escarceos

A veces juegas conmigo,
¿es que quieres que hable en serio
o buscas que te ame hondo,
como tú haces conmigo?
Sabes que soy imperfecto,
incluso en mis sentimientos,
y me amas sin cuidado,
derramando, generoso,
dones que no he merecido.
Pero a veces también callas
y me ocultas tu mirada.
¿Deseas oír mis gritos
o te place mi deseo
buscándote con denuedo?
Si quieres verme, atrevido,
arrojándome sin miedo
a buscarte, con empeño,
renovaré este asedio:
mi cantar será tu nombre,
y que el alba me sorprenda
pronunciando esta palabra.


Versos al Señor de la Belleza

Te vistes de belleza y me envuelves
en ese manto tuyo inigualable
que los hombres llamaron universo.

Me envuelves y me sueltas como un ave
para que vuele libre, y te enterneces
cuando juego a imitarte y también creo.

Yo soy del gran artista un lapicero
que dibuja cuanto le viene en mente
y escribe los latidos de su pecho.

Dejaré tras de mí un leve sendero
si soy pluma ligera entre sus manos,
mi fresca canción llenará el aire
si él entona su himno en mi templo.


Versos libres

El pez halla en el mar su libertad
surcando las mareas con placer;

el caballo en el ávido trotar,
hendiendo el aire sin retroceder,

y el águila de alma montaraz
volando en alas del amanecer.

¿A dónde yo la mía iré a buscar?
Lo que hace hoguera viva de mi ser,
me alumbra y me espolea sin cesar,
lo que me hace olvidarme del temor,
y me desata el alma sin dudar
lleva el más dulce nombre: es amor.


Caridad

que no es amor posesivo
ni deseo apasionado;
con quien caridad abrigo
es para mí alguien caro,
es una vida valiosa,
la realidad más preciosa,
una joya, un diamante,
llama de vida boyante
que merece mi ternura
nacida del libre albedrío
y silencio ante la hondura
de su misterio escondido

la caridad no florece
sin la lágrima callada
que brota del mirar silente
una vida entre la nada


Casa vacía

Deseo rodearme de vacío,
paredes blancas, un mueble sencillo,
silencio y aire serenado y limpio,
y una ventana abierta al infinito.

Me envuelve la quietud por todos lados,
pero la paz aún no he encontrado.
Mi casa, no mi alma, he silenciado,
sólo soy un sepulcro blanqueado

porque dentro de mí bullen, rugientes,
ruidosas semillas de la muerte,
vacías voces locas e insolentes,
que me roban la vida lentamente.

Repleta está mi alma, abigarrada,
de vaciedades, polvo y telarañas,
¿cómo puedo vivir tan descuidada,
olvidando al huésped de esta morada?

Señor, ayúdame en esta batalla,
¡quiero dejar mi casa reposada!


Canción

Desde mi tierna infancia has posado
en mí tus ojos,
me has esculpido a golpe de cincel,
no has dejado que ceda del todo
a mis antojos,
he saboreado el vinagre y la miel.
Ahora me has tomado y yo
me he abandonado,
mientras con tus manos pules mi piel;
a ti me he dirigido y tú
me has escuchado,
guiando en la noche mi frágil bajel.
Sin saber qué decía, pedí clarividencia
y la realidad me supo a hiel,
pues aún no conocía la verdadera ciencia
de abrazar el mundo amándolo fiel.


Coplas

Como una ligera mochila
te llevo a mi espalda abrazado,
como transparente vestido
me envuelves sin serme pesado.

Me sigues por todo camino,
sostienes mi noche y mis días,
tan quedo, que vivo olvidado,
con ruido tú restas callado.

¿Cuándo haré un alto en mi vía
y me sentaré, agotado?
Entonces volveré la vista
y te sabré cerca, a mi lado.

¿Por qué no hablamos un rato
como hacen los buenos amigos?
Se volverán mudos mis labios,
sólo acertaré a reclinarme
y a saborear tus caricias.


Plegaria
Sobre el beso al alma

¡Bésame, Dios mío!
Cada vez que me besas,
soy una mujer nueva.

Besa mis labios
para que sepan hablar palabras
dulces y consoladoras.

Besa mis manos
para que sepan amar trabajando
y tomando otras manos.

Besa mis ojos
para que abra mi alma y sepa
ver.

Besa mis oídos
para que sepan escuchar y estar
siempre atentos.

Besa mis pies
para que toquen amantes la tierra
y caminen ligeros a donde
quieres que vaya.

Besa mi corazón
para que pueda sentir el gozo
y el dolor.

Besa mi mente
para que mi inteligencia te
encuentre siempre y me guíe.

Besa mi alma
y seré libre,
y seré toda tuya.


Versos d’agraïment a Déu Pare

i em donares una casa blanca i bella
i l’amor d’uns amics que no s’esgota

i em donares el somrís del sol i l’aigua
i una boca i llavis tendres per cantar-te

acarones els meus ulls amb la bellesa
i la oïda amb el silenci que m’envolta

en la tempesta forta o en la calma,
no vols en cap moment de mi allunyar-te

tan gran és el desig que tens d’amar-me
que no vols que l’amor mori en la terra,
només per no deixar mai d’estimar-me
m’has donat una vida que és eterna


después del once de septiembre

El cielo está lleno de estrellas,
son miles de almas que vuelan
del mundo que dejan, murientes,
al alba que ya les espera.

Un golpe de sangre y de fuego
-puñados de vidas tronchadas-
arroja un manojo de estrellas
en manos del Padre doliente.

Mas otros millares de joyas,
pequeñas vidas inocentes,
callado y diario goteo,
destila la tierra sufriente:
son flores segadas y rotas.

Y desde el azul inmutable,
entraña abismal de la noche,
diamantes sin fin nos contemplan
con clara sonrisa inocente.
19 septiembre 2001


El cielo anida en mis brazos...

El cielo anida en mis brazos
Mientras te hundes, osado,
En el valle de mi seno.
Y tu fuego, a lametazos
Devora mi cuerpo abrasado
De miel y caricias lleno.
El cielo alienta en tu beso,
Sabor de sangre y de flores,
La eternidad saboreo
Bajo el calor de tu peso.
Paladeando tus amores
Se acrecienta mi deseo.


La joya de mi deseo

La joya de mi deseo,
el tesoro que yo anhelo,
no debo buscarlo lejos
sino dentro, muy adentro,
cobijándose en mi pecho.

Un manantial de agua clara,
una vivaz llamarada,
una poesía callada,
las notas más delicadas,
palpitan en mi morada.

Aquí y ahora susurra
tu voz, con toda dulzura,
su cántico de ternura:
abandona tu premura
y reposa ya en mi hondura.

No hables, resta callada
y escucharás, sosegada
la canción enamorada
de quien locamente ama
cada rincón de tu alma.